La cadena de frío es ese héroe silencioso que mantiene nuestros alimentos frescos, nuestras vacunas eficaces y nuestras logísticas funcionando como un reloj suizo… siempre que todo esté bien marcado, claro. Porque cuando hablamos de trazabilidad en frío, no basta con saber que algo fue refrigerado, hay que saber exactamente qué es, de dónde viene, y a dónde va. Y para eso, amigo lector, necesitas una solución de marcaje que aguante el hielo, la escarcha y hasta la peor humedad de almacén.
El desafío helado: ¿por qué el marcaje en cadena de frío es diferente?
No es lo mismo marcar una caja a 22 °C que hacerlo en una cámara a -20 °C rodeado de condensación. Las condiciones extremas exigen tecnologías de marcaje diseñadas específicamente para ambientes fríos. Estos son algunos de los enemigos naturales del marcaje en este entorno:
- Bajas temperaturas: afectan la fluidez de las tintas y la capacidad de adhesión de las etiquetas.
- Condensación y humedad: las superficies húmedas son un reto para tintas y adhesivos convencionales.
- Cambios térmicos: la congelación y descongelación pueden hacer que la marca se desprenda o se borre.
- Superficies difíciles: plásticos fríos, cartones encerados, films o vidrio no ayudan mucho si usas la tecnología equivocada.
Una marca ilegible en estas condiciones puede destruir todo tu sistema de trazabilidad. Así que, si estás metido en el mundo del frío, tu marcaje tiene que ser a prueba de hielo.
Criterios clave para seleccionar tu solución de marcaje en frío
Vale, ya sabemos que las condiciones son duras. Pero entonces, ¿qué deberías tener en cuenta al elegir tu sistema de marcaje? Aquí van los puntos calientes (o más bien, fríos):
Durabilidad
Tu marca debe sobrevivir al viaje completo: cámaras, transporte, manipulación, hasta que el producto llegue a su destino final. No sirve de nada marcar si se va a borrar en la primera descongelada.
Legibilidad impecable
No basta con que se vea: los códigos deben ser escaneables. El escáner no tiene piedad con las impresiones a medias o los códigos borrosos.
Adhesión fiable
Si usas etiquetas, el adhesivo tiene que estar formulado para frío, superficies húmedas o incluso congeladas. No todos los pegamentos son iguales.
Compatibilidad con materiales
No es lo mismo marcar cartón que PET o vidrio. Elige una solución que funcione con tu sustrato, y no al revés.
Velocidad y ubicación del marcaje
¿Marcado antes o después del enfriamiento? ¿En línea a alta velocidad? Define tu proceso y adapta la tecnología, no te lances a ciegas.
Regulación
Si trabajas con alimentos o farmacéuticos, necesitas tintas y materiales certificados. Mejor prevenir que lamentar una inspección fallida.
Tecnologías de marcaje a la prueba del frío: lo que realmente funciona
En el mundo del marcaje, hay varias tecnologías que pueden jugar bien en frío. La clave está en combinar la correcta con los consumibles adecuados.
Inyección de tinta continua (CIJ) o térmica (TIJ)
Son sistemas sin contacto que imprimen directamente sobre el producto. Pero lo verdaderamente importante aquí es la tinta.
La tinta adecuada puede marcar la diferencia entre una trazabilidad perfecta o un desastre logístico.
Las que están formuladas para el frío son solventes, de secado rápido, y diseñadas para adherirse incluso a plásticos o films húmedos.
Etiquetado automático con materiales específicos
Las aplicadoras automáticas son ideales para entornos controlados. Con etiquetas de PP o PET y adhesivos ultraresistentes al frío, puedes marcar con precisión y añadir color o códigos complejos sin perder legibilidad.
Marcado láser
No usa tinta, lo que es una ventaja en cuanto a mantenimiento y consumibles. Si el sustrato lo permite, puede ser permanente. En entornos fríos, lo mejor es:
- Marcar indirectamente etiquetas resistentes al frío y luego aplicarlas.
- Marcar directamente si trabajas con materiales compatibles como metales o plásticos duros.
Pero cuidado: la escarcha y la humedad pueden interferir, así que este método no es para todos.
El momento del marcaje: una decisión estratégica
¿Cuándo marcar el producto? Esto cambia toda la jugada.
Antes de enfriar
La opción más segura. Todo está seco, estable, y la tinta o la etiqueta se aplica sin pelear con la humedad.
Durante el proceso refrigerado
Ahora entramos en terreno complicado. La condensación empieza a aparecer y hay que usar consumibles que se agarren rápido y bien.
Sobre producto congelado
Lo más difícil. Aquí necesitas tintas “todo terreno” o adhesivos diseñados específicamente para adherirse a temperaturas negativas. Sí, existen… pero no los vas a encontrar en la ferretería.
Normativa y fiabilidad: el marcaje también debe cumplir
No todo es resistencia. Hay que cumplir con la ley y garantizar trazabilidad digital.
- Tintas y etiquetas homologadas: sobre todo en alimentación y pharma.
- Lectura fiable de códigos: nada de códigos medio impresos o deformados.
- Integración con sistemas: que tu marcaje hable con tu ERP o sistema logístico. Todo conectado, todo controlado.
No dejes que tu trazabilidad se congele: Danffor tiene tu solución
La trazabilidad en frío no es opcional. Es una necesidad real y compleja. Por eso, elegir la tecnología adecuada de marcaje no debería dejarse al azar. Invertir en el sistema correcto ahora te ahorrará errores, devoluciones y dolores de cabeza después.
En Danffor no te vendemos una impresora y ya. Analizamos tu proceso, tu producto, tus temperaturas, tus materiales. Y entonces, te proponemos la combinación ideal de máquina y consumible para asegurar un marcaje que aguante desde el muelle de carga hasta el punto de venta.
¿Quieres un marcaje que no se derrita con la humedad, ni se borre al descongelar? Descubre nuestras soluciones de marcaje diseñadas para la cadena de frío. Porque cuando el entorno es extremo, necesitas tecnología que lo sea aún más.